jueves, 19 de junio de 2025

PAUL VERHOEVEN Y EL TERROR: "ESCENA FINAL" (1986)

 

No hay duda de que el director holandés Paul Verhoeven es uno de los creadores con más personalidad del cine contemporáneo. Su trayectoria está jalonada de hitos, algunos muy conocidos, como Los señores del acero (1985), Desafío total (1990), o Instinto básico (1992); y otros menos, caso de El cuarto hombre (1983) o El libro negro (2006). Esta última una de las mejores películas sobre la tan visitada, en numerosas ocasiones de forma mediocre, II Guerra Mundial. Incluso Showgirls (1995) o Starship Troopers (1997), que en su momento recibieron duras críticas, han ido adquiriendo con los años cierto estatus de culto, al ir calando con el tiempo el mensaje camuflado con sátira, que en sus tramas ofrecía el creador.


La cara que ponen los protas de Starship Troopers, cada vez que alguien dice que la peli es una oda al militarismo. CC en farefilm.it


Y de paso un peliculón, que va más allá de los lugares comunes, sobre la II Guerra Mundial.

No obstante este artículo no versa sobre la producción general del director, brillantemente analizada en muchos lugares, sino en señalar una de sus obras que no se suele tener en cuenta. Se trata de una curiosidad, posiblemente atractiva para los cinéfilos en general, pero  así mismo desconocida para muchos de los admiradores de Verhoeven (ni siquiera aparece en su entrada de Wikipedia en inglés). Por otro lado se trata de una incursión en el terror, género que solo ha abordado tangencialmente ya que, cuando lo ha hecho, ha sido más bien de la mano del thriller, como en algunos detalles de Instinto básico o —ya en su etapa posterior a Hollywood— de la aclamada Elle (2016). Nos referimos a Last Scene (Escena final) un episodio, emitido por primera vez en 1986, de la tercera temporada de la serie televisiva The Hitchhiker (El autoestopista, 1983-1991) (1), que llegó a emitirse en España aunque sin ser tan recordada como otras de la época. Era un momento crucial para Verhoeven, pues se había hecho cierto nombre en los Estados Unidos a raíz de la mencionada Los señores del acero y estaba en contacto con Orion para realizar Robocop. Vamos a contextualizar brevemente esta incursión del artista holandés y contaros cómo podéis verla, de la mano de archive.org, sin tener que recurrir a páginas meh

Vamos a vagar por ahí y ver cosas "rarunas". En italiano la serie se tituló "I viaggiatori delle tenebre" (Los viajeros de la oscuridad) lo que pone de relieve el carácter fantástico de las tramas. Fair Use en Wikipedia.

En primer lugar podemos decir que no hay que despreciar per se, desde una perspectiva artística, el formato para televisión. Hay directores de la talla de John Carpenter que han elaborado interesantes productos (Someone's watching me! por ejemplo), existen obras excelentes en el género de la Ciencia ficción (Firefly, por indicar una no comentada habitualmente y cancelada antes de tiempo), e incluso ha dado el impulso a la carrera de éxito de ciertos creadores, caso de Spielberg en 1971 con su Duel, guionizado por Richard Matheson y posteriormente ampliado en metraje para proyectarlo en salas.


En "El diablo sobre ruedas" ("Duel"), el camión siempre tiene prioridad.

La serie en la que participó Verhoeven ofrece episodios autoconclusivos, pero con el nexo común del misterioso personaje al que hace referencia el título (el autoestopista) y que representa la figura del demiurgo que nos enfrenta con las miserias de nuestra sociedad, así como con nuestros "secretillos" individuales. Su arquetípico papel aleccionador queda claramente de manifiesto en la última parte de los episodios, en los que ofrece un monólogo a modo de moraleja. Vamos, un poco como el coro griego y He-Man, pero en forma de señor real guaperas. El personaje fue interpretado por dos actores: Nicholas Campbell, habitual en pelis de Cronemberg (otro que tal para las escenas "particulares") y en la mayoría de ocasiones por Charles Page, el Robocop de la serie de imagen real Prime Directives.


Charles Page en "Robocop: Prime Directives" (2001), la cual recupera (algo) el tono oscuro de la primera película (CC en film-rezensionen.de).

The Hitchhiker respondió a una etapa muy interesante para la televisión, que influirá en posteriores productos meritorios. Esto se debió a que la cadena HBO, entonces por cable, tuvo la idea de emitir producciones propias, de alrededor de media hora, para insertarlas entre películas. Pero en vez de un simple relleno, apostó por la calidad de productos atractivos para un público adulto, en una trayectoria que condujo a la emisora al posterior reconocimiento artístico. Es en este ámbito en el que surge El autoestopista, en colaboración con Canal + Francia —lo que hacía más sencilla la distribución mundial—, con el empuje de los productores Lewis Chesler y Riff Markowitz, así como del guionista Richard Rosthein. Por cierto que algunas de las historias iniciales contaron con Jeph Loeb, figura muy reconocible en el mundo del cómic, hasta el punto de que su obra El largo Halloween ha sido señalada por Christopher Nolan como una de las principales inspiraciones para sus versiones fílmicas de Batman. Y hablando de tele de calidad, el segundo capítulo de la segunda temporada de El autoestopista, tiene historia de George R. R. Martin.


Imagen de "Remembering Melody", capítulo de 1984 con historia de R. R. Martin. ¿Qué habrá tras la puerta? ¿Un Lannister? ¿Rocadragón?

Tampoco conviene menospreciar la importancia del terror audiovisual como forma de expresión artística. En el caso de Escena final nos vamos a encontrar algún tropo habitual del género, como el uso de la máscara y —en relación con ella— el juego de adivinar la autoría, así cómo la naturaleza de la amenaza presente. Difícil decir más sin destripar (je je) la gran sorpresa de la trama. Por supuesto, el género ofrece todo tipo de productos, desde el que ofrece la más pura evasión —algo de por sí meritorio si se consigue—, hasta los que invitan a cierta reflexión o crítica social. Pero no conviene olvidar que en general la narrativa slasher (2) a la que pertenece el episodio de Verhoeven, ha sido tradicionalmente considerada por amplios sectores de la crítica, como una especie de entretenimiento "tonto" para adolescentes. Más allá de que cualquier espectro poblacional, también el de la juventud, merece ser respetado y es público objetivo de obras que pueden ser dignas, el slasher nos ha ofrecido historias profundas que no tienen nada que envidiar a otras temáticas. Incluso antes de la inauguración oficiosa del género con Halloween (1978) precisamente de Carpenter, y hasta de la seminal Matanza de Texas (1974) por Tobe Hopper, nos encontramos con la imprescindible Bahía de sangre (Mario Bava, 1971) como paradigmático ejemplo de obra con una enorme carga social, dentro de las historias de asesinos en serie. Black Christmas (Bob Clarke, 1974) es así mismo otra de esas películas a destacar, y no desmerece nada comparada con otras mucho más famosas.


Claudine Auger y Laura Betti en "Bahía de sangre". Muy buena, pero prepárense para ver sangre a raudales (Wikipedia IT).

Tampoco pretendo señalar que Última escena sea una obra maestra, ni siquiera especialmente notable dentro de la carrera del director. Pero vamos a obtener con ella un mensaje interesante, en este caso denunciando malas prácticas en el mundo del espectáculo; guiños a autores admirados por Verhoeven, como Hitchcock y su señalamiento del voyeurismo latente en muchos seres humanos; e incluso la posibilidad de estudiar la técnica del director, ya que la escena más conseguida nos va a recordar al famoso baile de Instinto básico. Además sale Peter Coyote, algo siempre de agradecer. En el guion está Richard Rothstein, uno de los creadores en la serie de primera hora, y que participaría posteriormente en Soldado universal (Emmerich, 1992), uno de mis placeres culpables; así como Robert Ayrech, colaborador de De Palma en  Doble cuerpo y de Sidney Lumet en Una extraña entre nosotros. Sirva este artículo para reconocer el papel de Verhoeven en el genero audiovisual, a lo largo de toda su trayectoria y en diversos formatos (ya en Holanda trabajó en televisión grabando Floris, con presencia del imponente Rutger Hauer). En definitiva se trata de un artista, de modo que el encontrar de vez en cuando alguno de estos tesoros escondidos supone una alegría. Esperemos que siga dándonos otras, aunque ya podemos afirmar que lleva una madurez artística más que notable.


¿Nos marcamos unos "bailables"? "Ritmoooooo, ritmo de la nocheeeee".




(1) No confundir con uno de los cortos de Verhoeven, Los autoestopistas, de los años 60.

(2) Trama que supone la sucesión de ataques a los personajes por uno o varios autores, habitualmente de manera sangrienta, así como frecuentemente de forma acotada en el marco espacial y temporal.


Este artículo se acoge a la licencia Creative Commons 4.0 (Atribución-compartir igual).

Paul Verhoeven y el terror: "Escena final" © 2025 by Víctor Deckard is licensed under CC BY-ND 4.0


ENLACES DE INTERÉS

—En los siguientes enlaces de archive.org están disponibles la segunda y tercera temporadas de The Hitchhiker. El 2X02 es el de la historia de George R. R. Martin y el 3X11 la dirigida por Verhoeven:



LIBRO RECOMENDADO POR PODCALIPTUS PORQUE "MOLA ARMA DE CLÉRIGO". ES DECIR, "MAZO"




viernes, 13 de junio de 2025

PUBLICACIONES DE ANTAÑO: "DON MIKI" (1976-1989)

Durante muchos años, cuando era niño, los viernes eran días muy especiales. Iba con mis padres a cenar con los abuelos y eso, más allá del cariño que tenía hacia éstos, significaba dos cosas que me encantaban: ver en familia el “Un, dos, tres” y leer el “Don Miki” que mi abuela me compraba para darme la bienvenida. Recordando todo aquello he decidido desempolvar unos cuantos números de aquella mítica publicación y contarles la historia de la misma, que está muy relacionada con nuestra vecina y —en tantas cosas— querida Italia.

Los “golfos apandadores” es uno de los mejores nombres para villanos. Ever.


En inglés son los “Beagle Boys” y aquí los tenemos (por Carl Barks) exponiendo su manifiesto. Fair Use en Wikipedia.

Sí, puse una pegatina de Sabrina Salerno en una de las portadas de Don Miki.


La revista “Pulgarcito” de Bruguera conoció a partir de 1981 el formato de bolsillo, quizá por influencia de “Don Miki”. Abajo: contraportadas de Pulgarcito:


“Don Miki” se prolongó en nuestro país durante 664 números, desde el 14 de octubre de 1976 hasta el 29 de junio de 1989. Los cuatro primeros, por 25 pesetas (qué cifra tan “Un, dos, tres”, por cierto) los sacó la editorial Edibelsa, de la que apenas hay información. El grueso de la colección (hasta el 638) recayó en Montena, unida precisamente a la italiana Mondadori desde 1986 (creándose la marca Mondibérica) y actualmente parte de Penguin. Los últimos, por los que se cobraba 125 pesetas, fueron editados por Primavera, parece ser que perteneciente al brasileño grupo de comunicación Abril y tal vez los primeros que editaron cómic de Disney en su país. Vieron a la luz así mismo cuatro ejemplares especiales, con más páginas pero más caros: dos de Navidad (las de 1986 y 1987) y dos de verano (los de 1987 y 1988).


"Don Miki" enseñaba valiosas lecciones, como por ejemplo NO poner a los sobrinos a planchar.
La portada de la derecha tiene pegatina de Rambo (Parte 2) sacada de una "Tele Indiscreta", y otro adhesivo de un cantante con pelazo, que no reconozco. Ochenterismo puro.
Índice, créditos y "Coloréalo" del número 238. No juzguen muy duramente mi faceta artística. Era muy, muy, jovencito.


La revista tal y como la conocimos en España es muy similar a la “Topolino” italiana, cuyo primer ejemplar vio la luz en lo que se conoce como formato libretto (el de “Don Miki”) en 1949 pero cuya historia se puede remontar, nada más y nada menos, que a 1932 en la estructura de tira dominical de periódico (giornale). El personaje de Mickey Mouse tuvo desde muy pronto un gran éxito en Italia, donde se le conoce precisamente como Topolino (ratón). Los cortometrajes de este carismático personaje comenzaron en 1931 en Estados Unidos y la cabecera italiana del giornale (diciembre de 1932) vio la luz incluso un mes antes que la primera específica (la “Mickey Mouse Magazine” ideada por Kay Kamen) en el país que vio nacer al ratón, lo que nos da idea del arraigo italiano de la obra. Tan solo dejó de publicarse un tiempo a raíz de la II Guerra Mundial, pero en fecha tan tardía como diciembre de 1943. Incluso se comenta que fue a raíz de presiones del mismísimo Hitler, quien se hacía cábalas de cómo en la nación de su querido Mussolini se seguía publicando material cultural icónico proveniente de un enemigo. Sea como fuere el gobierno italiano retiró a Topolino… a su manera, porque el personaje que lo sustituyó, Tuffolino, recordaba a Mickey al estilo de Falomir con juegos de mesa tipo “Giman”.


Arriba "Topolino" número 1- Versión "giornale" y "libretto" (como la "Don Miki") de 1949. Creative Commons en lospaziobianco.it y daily.wired.it
Tira con Tuffolino (creado por Federico Pedrocchi y Pierlorenzo de Vita). Esta historieta fue su última aparición. Como puede verse, recuerda pese a ser un niño humano, al personaje de Mickey. . Al gobierno fascista tampoco le gustaban los globos de bocadillo para los diálogos y prefería las leyendas. A saber el motivo. Sí, Peter. Cosas nazis.


A diferencia de “Don Miki”, la revista “Topolino” ha continuado ininterrumpidamente desde 1949 y sigue gozando de buena salud, ahora bajo el paraguas editorial de Panini. Cuando la demanda de la obra superó incluso la producción de los artistas estadounidenses (alguna de enorme calidad, como las Silly Symphonies que adaptaban en tira de prensa los cortometrajes homónimos) mucho material comenzó a ser elaborado —con licencia oficial— por artistas italianos. Alguno de ellos, como Romano Scarpa, Giorgio Cavazzano o Guido Martina han ofrecido una calidad sublime. Muchas de las historietas italianas fueron las que conocimos en España vía “Don Miki”, pero la influencia de estos grandes dibujantes fue tal que acabaron incorporando al canon Disney personajes de su propia creación como Trudy Van Tubb (novia del villano Pete), Brigitta (enamorada del Tío Gilito y la cual se dice encantó al dibujante Carl Barks) Umperio Bogarto (tomando claras influencias de los detectives interpretados por Bogart) o Patomas.
Umperio Bogarto. Imagen CC en topoinfo.altervista.org
Número 3042 bajo el sello de Panini. Wikipedia (it).


El rastreo histórico de los artistas de obras como las de “Don Miki” no siempre ha sido fácil, por amplias épocas con falta de acreditación, pero a partir de 1988 se reconoce a los guionistas y dibujantes de “Topolino”, de modo que eso ha facilitado la tarea. Aunque la publicación española es querida, así como añorada por muchos, no tiene nada que ver con la fortaleza de su hermana mayor italiana, la cual ha alcanzado cifras sobrecogedoras, apoyándose en ocasiones en productos de regalo, como la máquina de fotos Topoclick (que llevó a ventas de 700.000 ejemplares) o los Walkies Topowalkies (con cifras que alcanzaron el millón). No obstante en la cabecera de España, como en la de Italia, hubo cierta presencia de obra estadounidense, por ejemplo con personajes como Chip y Chop (Bob Grant y Bob Karp) o el Pato Donald en creaciones de Frank Grundeen y Greg Crosby (aunque en “Don Miki” con el coloreado que se le dio en “Topolino”).

Para la producción exclusiva de “Don Miki” quedaron secciones como las de correo, pasatiempos o algunos reportajes. Partes recordadas pero que fueron cada vez más reducidas en páginas, de modo que sólo fue quedando el espacio reservado a las historietas. Por supuesto la publicidad también estaba enfocada al mercado español.






Secciones interiores de la revista



Diferentes tipos de publicidad. En contraportada (arriba) y en interiores (abajo).





El poso cultural de “Don Miki” en España, pese a ser inferior al italiano (se considera que la “escuela italiana” es la que ha realizado el mayor número de producción Disney vinculada a la historieta) tuvo cierta relevancia, lo que supuso que Planeta apostara por una reedición en 2014-2015 que se abandonó tras 140 números. Por otro lado, el mundo de la historieta vinculado a la empresa estadounidense ha conocido más cabeceras, también en España. Pero como suele decirse, esa es otra historia que tal vez contemos algún día.
"Don Miki" en la reedicición de Planeta-Agostini. El número 2 ya no coincide en la portada con la colecciçon original.
Contraportada (izquierda) de la edición de Planeta, que se repite. Las otras dos son de la colección original. 

Publicidad en "Don Miki", de otras colecciones.

Edición en lengua alemana del equivalente a "Don Miki" (1984). A diferencia de en España o Italia, el formato no era de bolsillo. Las direcciones para la recepción de correo en este idioma estaban, según la mancheta, en Stuttgart (Alemania), Viena (Austria) y Zollikon (Suiza). La sede principal se encontraba en Leinfelden-Echterdingen (Alemania) que está en  Baden-Wurtemberg (muy cerca de Stuttgart), donde se encontraba la Egmont Ehapa Media, licenciataria de Disney. También se puede apreciar el  sello del "Code Moral Europressjunior", conformado en 1966 en Bruselas y al que se acogieron algunas de las principales editoras en Europa. 


Dedicado a mi abuela. Por los "Don Miki" y tantas otras cosas.


Publicaciones "de antaño": "Don Miki" (1976-1989) © 2025 by Víctor Deckard is licensed under CC BY-ND 4.0




¿QUIERE SABER MÁS?

—Tebeosfera es una base de datos imprescindible. También en el caso de “Don Miki”:

https://www.tebeosfera.com/colecciones/don_miki_1976_edibelsa_montena_mondiberica_primavera.html#top_galeria_galeria_numeros_ordinarios_2

—Otra enorme base de datos (en Italiano) centrada en Topolino, es Topoinfo:

https://topoinfo.altervista.org/

—En Italia hay muchísima información sobre Topolino, que es una institución por allí. En páginas web como Lo spazio bianco hay artículos de interés, como este en el que se habla de Topolino durante la dictadura fascista:

https://www.lospaziobianco.it/i-tre-volti-di-topolino-nel-ventennio-fascista/


LIBRO RECOMENDADO POR PODCALIPTUS PORQUE MOLA “ARMA DE CLÉRIGO”. ES DECIR, “MAZO”