ARQUEOLOGÍA Y PRESENTE: LA ARQUITECTURA MODERNISTA
Casa Batlló. Imagen CC por Bernard Gagnon vía wikipedia.
En ocasiones la Historia no es tenida en cuenta por otras disciplinas,
como la Economía o Política, lo que trae consecuencias sociales
desagradables. Arte e historia han conocido así mismo desencuentros. En mis tiempos se podía hacer toda la licenciatura de
Historia del arte sin cursar una asignatura de Historia. Por otro
lado también he comprobado de primera mano como historiadores
desprecian el análisis de obras artísticas, siendo éstas
herramientas de análisis social de primer orden. Recordemos que el
arte antes que estética es mensaje. Incluido aquel cuyo significado
se nos escapa, como sucede con gran parte del arte prehistórico.
El significado de las manos en el arte rupestre continua siendo elusivo. Cueva del río Pinturas (Argentina). Dominio público.
Por otro lado hay ciertas ideas sobre la Arqueología que están
basadas en prejuicios. Uno de los más extendidos es considerarla
como una disciplina dedicada a periodos antiguos de la humanidad. En
realidad se basa en el estudio del registro material,
independientemente de su época, y eso incluye elementos físicos
recientes. De ahí por ejemplo la Arqueología industrial.
Máquina de vapor (1902) conservada y expuesta en el HGG-Industriemuseum de Lauf (Img. CC por H.G. Graser vía Flickr-Wikipedia).
Teniendo en cuenta ambos factores, es decir, el arte como mensaje de la sociedad
en que se inscribe y la arqueología como herramienta de estudio
independientemente del periodo cronológico, mi objetivo con este
artículo es describir lo que el estilo modernista, especialmente en
arquitectura, cuenta sobre la sociedad actual. Y es mucho.
Se trata de una forma de arte que explica en gran
medida nuestro presente, al surgir de la mano de una nueva clase
dominante: la burguesía. Voy a explicarlo con algunos elementos que
no se suelen poner de manifiesto en medios generalistas , así como
ejemplificarlo recomendando la visita de algunas de sus muestras más
excepcionales, sin ser necesariamente de las más conocidas.
Escalera en la casa Tassel (Bruselas). Dominio Público.
La etimología por supuesto es crucial. “Modernismo” apela a un
arte moderno, nuevo y desarrollado por la burguesía desde finales
del siglo XIX. Pero esta clase social comienza su reinado a finales
del siglo XVIII con la Revolución francesa (1789): muere el Antiguo Régimen
de los estamentos que otorgaban derechos y posición social por
nacimiento. Aunque la nueva etapa tendrá componentes más
democráticos sustentados en el lema “libertad, igualdad y
fraternidad” también los tiene clasistas. En la sociedad que surge
el estatus lo va a marcar fundamentalmente el dinero y otros
elementos segregacionistas como el nacionalismo. Grosso modo la Revolución
francesa no es sinónimo de democracia, sino sustitución de una
élite nobiliaria por otra burguesa. Tras los procesos
revolucionarios la ideología reinante marcará que un francés rico
no va a ser igual a uno pobre, y éste será diferente a un
senegalés.Recordemos
que el colonialismo ni mucho menos va a desaparecer. Si antes las
potencias se apropiaban de otros territorios y ejercían la violencia
en base a derechos dinásticos, ahora se hará en beneficio de las
élites nacionales. Al respecto tenemos que tener en cuenta que en la
mayoría de países considerados liberales el voto a comienzos de la
contemporaneidad será lo que se conoce como censitario, es decir,
ejercido por hombres (no mujeres) que poseen un mínimo de renta.
Son las presiones de otras ideologías o grupos (movimientos
obreros, diferentes socialismos, anarquismos y comunismos) los que
ampliarán la masa social de derechos. No sin sufrimiento y represión
desde las élites (como en los procesos revolucionarios de 1830-48 o
en la “Comuna de París” de 1871) e independientemente de las
contradicciones o problemas de algunos de estos grupos, algo que
constituye otro tema.
Por lo tanto y como una de las
primeras ideas principales para conocer nuestro presente, tenemos que
tener en cuenta que una nueva élite sustituye a la anterior, siendo
la base de su posicionamiento social la riqueza. Esta clase
hegemónica encuentra sus raíces en los comerciantes y artesanos
medievales, algunos de ellos capaces de amasar importantes
fortunas frente a una nobleza progresivamente rentista (al respecto
es modélico el personaje del Hidalgo en El lazarillo de
Tormes) al acabarse su papel de
herramienta para las expansiones militares, así como por motivos
ideológicos. La religión católica contribuyó a la
improductividad nobiliaria al considerar el trabajo como una deshonra
y condenar el crédito. En gran medida la reforma protestante
surge como reactualización de la doctrina cristiana por parte de una
burguesía cada vez más poderosa.
Es preciso así mismo tener en cuenta que el Renacimiento trajo,
entre otros aspectos, un gran desarrollo de la técnica mecánica, de
modo que irán apareciendo en la estela de su espíritu poderosas
herramientas como la máquina de vapor (1774) o los telares mecánicos (1785),
desarrollándose así mismo materiales del tipo del vidrio o el
acero, conocidos desde antiguo pero trabajados con nuevas técnicas que aumentan exponencialmente su efectividad. Elementos que condujeron a la industrialización y con ella a importantes transformaciones sociales, que tampoco constituyen un
sinónimo de justicia social. Me refiero a la emigración del campo a
la ciudad, el surgimiento del chabolismo y barriadas, o el trabajo
industrial fabril. Dramas humanos contados por cronistas como
Dickens. La obra repetida alcanzará incluso a la obra de arte, que
se reproducirá de manera fordista, algo analizado por el crítico de
arte y filósofo Walter Benjamin.
Walter Benjamin hacia 1928. En su obra La obra de arte en época de la reproductividad técnia desarrolla el concepto de "aura" en el arte y cómo se rompe al repetirse industrialmente.
Los montículos del "Parque del cerro del Tío Pío" (Vallecas, Madrid) son en realidad montañas de escombros (hoy cubiertos) de lo que fue una de las principales barriadas chabolistas de la capital.
Pero entre las clases pudientes se extenderá el optimismo. La enfermedad se
estudia ya plenamente desde una perspectiva científica. El mundo se
observa con el microscopio y el universo se explora a través del
telescopio. Pero la mecánica se usará por las élites de manera
profusa para las guerras que promueven. No tienen un mayor afán
asesino (tampoco menor) que otros poderes del pasado, pero pueden
matar mejor. Con fusiles que cada vez son más automáticos y
rápidos, o con una artillería de la que Napoleón fue maestro. Por
citar uno de los numerosos ejemplos de los que ninguna potencia
contemporánea escapa, la colonización y exterminio de pueblos
indígenas en Estados Unidos se debe en gran medida a inventos
modernos como el Winchester (1866). Y tengamos en cuenta que la Revolución
estadounidense también decía fundamentarse en una igualdad que, en
la práctica, dependía de la riqueza y el color de piel.
El fusil Winchester es uno de los numerosos ejemplos del uso de nuevas tecnologías en procesos de conolización-exterminio en época contemporánea. Modelo 1873.
Este mundo surgido de la técnica y el comercio necesitaba un arte
“moderno”, es decir, que rompiera con lo anterior. En las
construcciones civiles se usan los materiales derivados de la
Revolución industrial. De ahí los grandes ventanales de vidrio, el
acero, o los elementos decorativos que aprovechan
las nuevas técnicas de forja en hierro. Curiosamente habrá una
apelación a la naturaleza como especie de paraíso cada vez más
perdido. En los edificios modernistas nos encontraremos por doquier
flores de acanto, piñas, parras y otros símbolos que representan
riqueza, pero tomados del mundo natural, cuyo movimiento también
trata de imitarse. Curvas y movimientos sinuosos se repetirán
profusamente.
La revista alemana Jugend (1896-1940) dio lugar a que en Alemania el modernismo se denomine Jugendstil (estilo de la juventud).
Conviene detenerse en un elemento decorativo no muy señalado, pero
crucial. Es habitual encontrarse guardianes en los accesos de los
edificios modernistas: lobos, leones, titanes. En ocasiones con una
llave en sus fauces. Son elementos representativos de un elemento
clave para las nuevas élites, la sacralización de la propiedad
privada. Ésta se va a defender por la fuerza, también la de la ley.
No es de extrañar que sea la gran época del surgimiento de los
códigos civiles, comenzando por el de Napoleón (1804), que defienden los
intereses de los grandes propietarios, muchos de ellos vigentes
actualmente. El Antiguo Régimen, aunque con contradicciones y
violaciones al respecto por parte de los poderosos, contaba en su
ideología con un carácter comunal, especialmente en el mundo rural.
Ahora, con la excusa de las desamortizaciones, será el momento en
que desaparezcan innumerables espacios de explotación colectiva que
se privatizan, como bosques, hornos o molinos.
Así mismo hay que tener en cuenta que la arquitectura modernista, siendo representación ideológica de una élite, no se ocupará
exclusivamente de estructuras habitacionales. Va a aplicarse a todos
los ámbitos de la actividad social. Aquí algunos ejemplos no siempre señalados:
—Fábricas: ejemplos notables
tendremos por toda la geografía. Interesantes son el florecimiento
de las azucareras a lo largo del valle del Ebro tras la independencia
de Cuba. Las harineras, importantes para alimentar a la creciente
masa de trabajadores urbanos conocerán el estilo modernista. También
mercados y mataderos. La técnica fabril se traslada incluso al
sacrificio con gran sufrimiento para los animales, como ha puesto de
manifiesto la filosofía actual, por ejemplo la representada por Jesús
Mosterín.
Talleres de la editorial Salvat en Barcelona
—Kioscos de música. En general se
los valora poco, pero son muy importantes. Los bailes públicos y las
fiestas populares eran de los pocos momentos permitidos para el
cortejo entre hombres y mujeres. No olvidemos que el concepto
“liberalismo” como es manejado por la ideología burguesa es,
esencialmente, un mito. La burguesía, aquí sí en una clara
continuidad con el Antiguo Régimen, es profundamente moralista y
propensa a inmiscuirse en la vida privada. Al respecto La regenta es una obra de
referencia.
Es sobresaliente que este tipo de estructuras estén coronadas por
piñas, que no solamente es un símbolo tradicional de riqueza sino
así mismo de fertilidad. También es interesante hablando de
moralidad, que una de las grandes obras del modernismo, La
sagrada familia de Barcelona por
el imprescindible Gaudí, sea precisamente un lugar de culto
religioso.
Quiosco situado en el Parque Jose Antonio Labordeta (Zaragoza).
—Clínicas: la medicina experimenta
un gran avance. La cirugía, que tiene muchos problemas pero también
es una ventaja respecto a momentos anteriores, se desarrolla. De gran interés es la antigua clínica del Doctor Lozano en Zaragoza. Se encuentra
tristemente abandonada, pero al menos salvada de un plan que estuvo a
punto de derruirla para construir apartamentos. Es un lugar clave
incluso a nivel internacional, al ser de los primeros lugares del
mundo en los que se practicó un neumotórax. Su arquitectura busca
la racionalidad dentro del estilo modernista, con quirófanos
orientados de tal manera que se aprovecha la luz solar al máximo.
Pero también es importante el simbolismo, con una decoración floral
en la que aparecen adormideras y que se puede apreciar en muchas de
las estructuras de este tipo conservadas, o en farmacias modernistas.
De ella se obtiene el opio y otros derivados como la morfina,
profusamente empleados en la medicina contemporánea como
anestésicos.
Detalle de una adormidera de forja en la antigua clínica del Dr. Lozano. Abajo: vídeo sobre el edificio en nuestro canal.
—Puentes-estaciones: al principio los
puentes o viaductos unían los bloques con remaches, típicos de la
arquitectura de la época. Las estaciones, cuyas proporciones aún
dejan boquiabiertos a quienes las contemplan, van a ser puertas al
mundo. Con la llegada del coche, este se presentará como sinónimo
de libertad, sin tener en cuenta aspectos negativos, por ejemplo la
contaminación, que aún estamos sufriendo. Ya en los momentos
iniciales del automóvil aparecen garajes y talleres modernistas.
Trenes y automóviles no dejan de ser derivaciones de la máquina de
vapor. La rapidez o velocidad van a ser cualidades cada vez mejor
valoradas.
Los puentes de hierro con remaches del Valle del río Jalón son una joya desconocida.
Garaje modernista-Art Decó en Oporto
.
—Lugares de ocio elitista: Florecerán
los balnearios con estructuras modernistas (Bad Gastein, Marienbad).
También las playas serán objetivo vacacional de las élites. Miami
Beach por ejemplo va a presentar claras influencias del Art
decò. Al respecto de este estilo decorativo es muy
recomendable la visita al museo que se le dedica en la casa Lis
(Salamanca). Por cierto que no es casualidad que habitualmente las
casas modernistas tengan nombres de industriales que las encargan
(Lis, Solans, Milà, Garrinaga).
Uno de los numerosos hoteles de Bad Gastein.
Casa Solans, Zaragoza.
Precisamente el art decò
con la maximización de los movimientos fluidos y las influencias
naturalistas me va a dar pie a hablar del final del modernismo, en
gran medida víctima de su propio significado.
Imagen vía Wikipedia (Museo Casa Lis).
Poco a poco las élites va a ir pasando de ser productivas o
comerciantes, desarrollando sus raíces medievales de los gremios
aunque apoyándose en la explotación laboral, a especulativas. A lo
largo del siglo XX los grandes bancos comerciales, muchos de ellos
nacidos para financiar la Revolución industrial (y con sedes en
edificios modernistas) irán encontrando un progresivamente mayor
volumen de negocio en la artificial generación de intereses, proceso
del que derivarán las grandes burbujas financieras y especulativas.
Muchos exponentes de la arquitectura modernista serán derruidos para
generar beneficios provenientes de la lucrativa especulación
inmobiliaria.
La casa Corsini es de los pocos edificios modernistas que quedan en el Paseo de Sagasta (Zaragoza) tras la especulación inmobiliaria. Imagen Vía Wikipedia (CC por I. Escarlati).
De la misma forma que las élites
del Antiguo Régimen se convirtieron en improductivas, la gran
burguesía conocerá un proceso similar, viviendo de los intereses
derivados de una gran masa de endeudados. Por otro lado las
contradicciones derivadas de una ideología segregacionista
conducirán a los grandes conflictos del siglo XX, en los que se
aplicarán las técnicas industriales a las masacres vía bombardeos
y exterminios con una sistematización fabril. La química se usará
en armas, al igual que las fuerzas elementales del universo en las bombas nucleares. La montaña mágica de
Thomas Mann, ambientada precisamente en un sanatorio, es una de las
descripciones más brillantes de cómo el carácter optimista del
humanismo modernista, saltó por los aires víctima de sus
contradicciones. Ante éstas surgirán las vanguardias artísticas y la filosofía
posmoderna. En parte derivadas de corrientes anteriores como el
barroco, alertan de los mensajes totalizadores y denuncian de
ilusorias a las naciones, los mensajes de los líderes, o cualquier
ideología que trate de presentarse de más valiosa que los
individuos. De este proceso deriva el arte abstracto o
no figurativo, que en lo estético aprovechará la sinuosidad de las
formas naturales del art decó o
las investigaciones científicas en campos como la neurología o la
psiquiatría y los estudios al respecto sobre sueños o
recuerdos.
Sanatorio-hotel Schatzalp en la zona donde se desarrolla La montaña mágica (Dominio Público).
Seguimos viviendo en un mundo
ideológicamente modernista y por tanto con contradicciones como las
expuestas aquí y de las que alertan el arte, la arqueología o la
filosofía. La historia así mismo tiene como diosa a Juno, con dos
rostros, uno vuelto al pasado y otro al futuro. Si queremos tener
como especie un mañana, hay que observar al pasado, creador del
presente.
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