domingo, 26 de octubre de 2025

BIOGRAFÍAS PARA ENTENDER LA SOCIEDAD: TRUMP Y "THE APPRENTICE" (ABBASI, 2024)

Uno de los debates clásicos entre los historiadores es acerca de la utilidad del género biográfico. Con posturas muy marcadas a lo largo del tiempo, desde la tradicional conservadora de considerar a las "grandes figuras individuales" como motores históricos, hasta la proveniente de la sociología marxista de señalar despreciable cualquier papel individual a la hora de explicar transformaciones sociales. En la actualidad el consenso se sitúa en tomar a la biografía, que puede ser de personas corrientes (microhistoria), como útil en tanto en cuanto nos sirva para comprender mejor la sociedad en la que el personaje estudiado se inscribe. Así en las últimas décadas han aparecido biografías imprescindibles y muy recomendables, pudiendo destacar la de Julio César por Luciano Canfora (2014), la de Hitler por Ian Kershaw (1990) o la de Franco por Paul Preston (2011), entre muchas otras. Por supuesto al hablar de un género, las obras a tener en cuenta no se circunscriben a un solo formato y el ámbito audiovisual cuenta con algunas de ellas. The Apprentice, que nos presenta un periodo clave en la vida de Donald Trump,  posteriormente a lo narrado  presidente de los Estados Unidos,  es una. Y es que refleja perfectamente la sociedad de los hechos descritos, la del establecimiento del "turbocapitalismo" consagrado por el gobierno Reagan en la década de los 80 del siglo XX y que en gran medida sigue siendo la nuestra actual. En este sentido Donald Trump, usando terminología historiográfica, no es una de las causas del mundo en el que vivimos, sino una de sus consecuencias. No confundir las primeras con las segundas es uno de los pilares del análisis político.

 


 

Por otro lado es muy importante no utilizar conceptos morales para un estudio riguroso. Gabriel Sherman, periodista y guionista de la película, ha afirmado que ésta trata "sobre un ser humano". Cuestión fundamental. Kershaw cuenta en la imprescindible introducción a su biografía de Hitler que este "no era un monstruo". Sus motivaciones eran humanas, así mismo su devenir personal y político. No debemos considerar estas figuras ajenas, sino como parte de nosotros e interrogarnos el porqué nuestro sistema recompensa comportamientos del estilo de Trump o Hitler, en vez de considerarlos peligrosos para sí mismos y los demás. El presidente de los Estados Unidos no es un demonio, es una persona que, en aras del bienestar general, no debería haber llegado hasta donde lo ha hecho. Pero su filosofía política es la hegemónica actualmente, lo cual debe hacer que nos interroguemos sobre cual es esta y porqué tiene tanto éxito. The Apprentice da pistas.

 

 Arriba: "El queso y los gusanos" se considera una de las obras fundacionales de la "microhistoria", es decir, del uso del género biográfico para el análisis social a través de la vida de personas cotidianas. Abajo: "Hitler" de Ian Kershaw se toma como una de la biografías canónicas, incluso por el tratamiento de los problemas metodológicos al respecto del estudio de figuras muy polémicas, que el autor expone en la introducción.


En la película es clave la relación entre Donald Trump y  su verdadero mentor político, Roy Cohn.  Éste es en sí mismo una figura trascendental para entender la segunda mitad del siglo XX estadounidense, siendo por su parte protagonista de biografías como el recomendable documental Cobarde, matón, víctima, La historia de Roy Cohn (Ivy Meeropol, 2019). Cohn demuestra, entre otras cosas,  que la aparente modernidad con la que se presentan políticos del estilo de Trump, omnipresente en redes sociales o en televisión (el título The Apprentice hace un guiño a un programa de telerrealidad que presentó el futuro presidente) no deja de ser fachada, pues su filosofía es arcaica. 

 

 La política de Trump no tiene nada de novedosa y se inscribe en la cultura tradicionalista, representada por derivadas como la macartista. Arriba: Ethel y Julius Rosemberg, matrimonio ejecutado en la silla eléctrica con el prominente papel de Cohn en la fiscalía. Abajo: El senador McCarthy (centro) con dos asesores, uno de ellos Roy Cohn (izquierda), en una vista de 1953. Licencia de la imagen: The Regents of the University of California under CC BY 4.0

 


Cohn fue uno de los más importantes consejeros del senador McCarthy en la cruzada que éste emprendió, contra lo que denominaba "comunismo", concepto que en realidad le servía para atacar a todo tipo de corrientes de pensamiento que le desagradaban, deshumanizando a personas y colectivos que opinaran de manera diferente a él. Una de las derivadas del clima general de paranoia que políticos así establecieron fue el juicio, en el que Cohn actuó como entusiástico fiscal, contra  Ethel y Julius Rosemberg, quienes fueron condenados a muerte. La sentencia se cumplió el 19 de junio de 1953, convirtiéndose en los únicos civiles ejecutados por espionaje durante tiempos de paz en Estados Unidos. El proceso fue polémico, plagado de irregularidades como las presiones al hermano de Ethel para lograr una confesión, existiendo además el consenso general de que, al menos en el caso de ella, no existen pruebas concluyentes de los delitos de los que se les acusó. 

 

Sebastian Stan como Donald Trump y Jeremy Strong como Roy Cohn. Ambos han sido nominados a los premios de la Academia de Hollywood por sus interpretaciones.

Roy Cohn cayó en desgracia como trabajador público con el fin político de su propio maestro McCarthy, quien cada vez fue siendo más violento, impredecible y radical, en parte por un proceso de alcoholismo agudo. Sin embargo Cohn supo reconvertirse en los años 70 en un influyente abogado con base de operaciones en Nueva York, desde donde llevó casos defendiendo eficazmente y de nuevo con métodos cuestionables desde el punto de vista legal a personas con grandes recursos, como magnates financieros, mafiosos o acusados que cumplían con ambos perfiles. La popularidad  de la que disfrutó entonces fue aún mayor que en época de su cercanía con McCarthy, siendo el momento en el que entró en contacto con un joven Donald Trump, quien estaba teniendo problemas legales por la forma en la que actuaba administrando los intereses de la compañía familiar que levantó su padre Fred. Ésta se basaba en la especulación inmobiliaria y en la administración de fincas, siendo frecuentes las acusaciones respecto al uso de métodos violentos para cobrar impagos y la discriminación hacia colectivos como el de las personas negras. Trump con la ayuda de Cohn, quien presionó a los acusadores para alcanzar un acuerdo, resolvió la situación y la relación entre ambos se volvió estrecha.

 


En gran medida la historia de la clase política contemporánea está unida a la especulación inmobiliaria, por lo que la desprotección de edificios históricos como el Hotel Commodore, uno de los inmuebles con cuya destrucción Trump hizo negocio, ha sido frecuente. Abajo: En el ámbito español es interesante la miniserie documental "El pionero", sobre Jesús Gil y Gil, personaje que, aún con su idiosincrasia propia, tuvo características similares a las de Trump. 
 

 

La colaboración de mentor y aprendiz dio un nuevo paso en la década de los 80, años dominados por la filosofía ultracapitalista surgida en la escuela de Chicago e implementada sin tapujos por políticos como el presidente Ronald Reagan, quien estuvo en el cargo entre 1981 y 1989. Sus medidas se basaron en el fomento del sistema crediticio, la bajada generalizada de impuestos directos (especialmente a las grandes fortunas) y una agresiva política exterior orientada a elevar el espíritu patriota, en declive desde la humillante intervención en Vietnam y la crisis del petroleo que dominó gran parte de los 70. Uno de los lemas del presidente fue Let's make America great again, apropiado por Trump años después para su propia carrera política. En ese contexto, personas con pocos escrúpulos como el magnate o Cohn pudieron medrar con facilidad y entre ambos lograron una de nuevo polémica victoria: la quita multimillonaria de tasas municipales que permitió al magnate construir el Hotel Hyatt Grand Central  y la famosa Torre Trump, destruyendo de paso en el proceso dos edificios arquitectonicamente importantes, el del Hotel Commodore y el que albergaba la histórica tienda Bonwitt Teller.

 


 Otra de las ideas recicladas de Trump es el lema "(Let's) Make America Great Again" (Hagamos a América grande de nuevo), que en realidad apela a un patriotismo superficial ya utilizado por Reagan. El movimiento  MAGA, asociación con tintes sectarios (señalamiento del disidente, coordinación por líderes carismáticos) y uno de los pilares mediáticos de Trump, es un heredero directo de este tipo de nacionalismo,  cristalizado en el siglo XVIII y crucial para la alta burguesía dominante en época contemporánea.
 
 
"Bonwit Teller", ha sido otro de los edificios víctima de la especulación de Trump. En esta parcela erigió su famosa "Trump Tower" (1983) Img. CC vía Digital Collections, The New York Public Library  https://digitalcollections.nypl.org/items/510d47e2-f1f8-a3d9-e040-e00a18064a99

 

Los años de la década de los 70 y 80 son los que aborda The Apprentice y con ellos basta para llegar a una serie de conclusiones fundamentales para comprender nuestro presente, más allá de las anécdotas personales de figuras extravagantes. Como hemos visto, nada es nuevo en Trump. Como discípulo de Cohn enlaza con el macartismo (agresividad política, falta de escrúpulos empáticos) y como seguidor de la filosofía económica del gobierno de Reagan, bajo el cual medró económicamente, lo hace con una política pública turbocapitalista (ausencia de cortapisas legales para las grandes fortunas, adelgazamiento máximo del estado de bienestar, nacionalismo exacerbado). Cohn resumió su doctrina en tres consejos que dio a Trump: ataca siempre, no reconozcas haber cometido ningún hecho reprobable y  pase lo que pase reclama la victoria. Lo cual a su vez se emparenta con la filosofía que marcó (parte) de la ideología del Renacimiento, la representada por (parte) de los trabajos de Maquiavelo, especialmente El príncipe y su ética utilitarista en beneficio del jefe del estado. 

 

 
El derecho del líder a poner en duda hechos objetivos es rastreable, entre otros autores, en Maquiavelo. Sin embargo no es la única ética surgida en el Renacimiento. Autores como Spinoza apelan a un egoísmo en el que el bienestar propio es facilitado por la ampliación de derechos y un poder político altamente fiscalizado, pero ha sido silenciado por las grandes ideologías contemporáneas. Abajo: uno de los fundamentos económicos del turbocapitalismo es la eliminación de impuestos. En realidad los únicos verdaderamente beneficiados al respecto son las grandes fortunas, pues en este tipo de modelos el pago de los ciudadanos por servicios básicos (educación, sanidad) es muy elevado. 
 

 
Arriba: Edificio (desaparecido) del Hotel Commodore (1919-1976). Abajo, su sustituto, el Hyatt Grand Central (1980). Se ha acusado a Trump de connivencia con la mafia de Nueva York, lo que le habría permitido el acceso privilegiado a materiales de construcción. Incluso cuando otros proyectos se paralizaban por huelgas.
 
 
Abajo: Torre Trump, la cual ha sido la principal residencia de Donald Trump desde su construcción hasta 2019.
 


Las consecuencias de la política de Reagan están muy bien estudiadas. Pese a las teorías de la escuela de Chicago, el crecimiento perpetuo basado en el crédito y la reducción impositiva (aunque relativa, pues la recaudación indirecta en los estados "adelgazados" es muy alta) constituye una imposibilidad. Los 90 y gran parte de los 2000 fueron tiempos de crisis, que estallaban conforme lo hacían las sucesivas burbujas (inmobiliaria, de banca comercial, tecnológica), hasta el punto de que amplios sectores de la población se vieron arrastrados a la pobreza. Los problemas no fueron ajenos a magnates como Trump, como queda reflejado en parte del metraje de la película y se vio así mismo asediado por las deudas contraídas por una serie de inversiones muy agresivas, por ejemplo las relacionadas con la construcción de varios casinos en Atlantic City. En cierto modo Saturno devoraba a sus hijos, algunos de los cuales por otro lado sufrían serios problemas psicológicos derivados de una atmósfera perjudicial incluso para los próceres y sus vidas personales. Si McCarthy había tenido graves problemas con una de las drogas aceptadas por el sistema, el alcohol, parece que Trump los tuvo con las anfetaminas, muy unidas al mundo de la competitividad sin apenas límites. Mientras tanto Cohn, homosexual no reconocido públicamente, vivió unos últimos años muy duros, roto por la contradicción interna de ser figura prominente de una casta homófoba, y acusado de actividades ilegales en el ejercicio de la abogacía (entre ellas falsificar una herencia), lo que le llevó a perder su licencia poco antes de su muerte, acaecida en 1986 por complicaciones derivadas del Sindrome de Inmundodeficiencia Adquirida (SIDA-AIDS).

 

 Arriba y abajo: los datos de endeudamiento público y de aumento de la desigualdad derivados de políticas como la de Reagan no son nada positivos. En realidad este tipo de economía genera problemas que llevan a una crisis social profunda, que a su vez eleva de nuevo a políticos populistas como Reagan o Trump en un proceso cíclico. La falta de impulso de la política tradicional (Partido Demócrata estadounidense, socialdemocracia europea) para abordar reformas estructurales tampoco resuelve el problema. Mientras tanto gran parte de otros movimientos reformistas, como el comunismo de corte ortodoxo, sigue en parámetros decimonónicos a su vez incapaces para una transformación social efectiva. Img sup. Creative Commons. Abajo licencia Creative Commons vía "The Spirit Level", Wilkinson & Pickett, Penguin 2009.

 

A diferencia de Cohn, Trump logró recuperarse, en parte por su proyección pública en emisiones de éxito como el mencionado The Apprentice durante los 2000, programa  de telerealidad en el que los ganadores eran contratados por su empresa y que así mismo ha sido objeto de polémicas. Finalmente su popularidad le sirvió para convertirse en una pieza fundamental del Partido Republicano (tras coqueteos con otras fuerzas políticas, incluida la demócrata) y acabar convirtiéndose en presidente del país estadounidense en dos ocasiones (2017 y 2025), mientras crecen los rumores de que busca esquivar el límite constitucional de dos mandatos. Sus medidas generan, como ocurrió en el caso de Reagan o McCarthy, polarización y desprecio por la legalidad. Sin embargo cuentan con un gran apoyo social, por lo que su análisis riguroso es imprescindible. Así mismo lo es la autocrítica de las fuerzas políticas que buscan ser alternativa. Biografías como la expuesta sobre Trump en The Apprentice, así como las de Hitler o Franco, nos hablan de los errores de sus opositores, e incluso de sus aliados. Por un lado subestimar a estos personajes: el hecho de que sean intelectualmente mediocres no significa que no sean astutos o muy inteligentes para con respecto a su supervivencia y en la búsqueda del éxito a cualquier coste. Por otro lado los llamados políticos tradicionales han fracasado rotundamente, pues al no haber sido capaces (o no haber querido) construir una sociedad cada vez más segura o igualitaria, han alimentado la frustración de la que viven personajes como Trump. Finalmente, no sirve utilizar contra estas figuras sus mismas armas (cinismo, ataque al disidente, violencia) pues si vivimos en un sistema que premia especialmente comportamientos agresivos, personajes populistas y sin escrúpulos como Trump siempre van a estar un paso más adelante en el uso efectivo de estas estrategias. Más allá de cuestiones morales es algo que han olvidado determinadas corrientes que buscan revoluciones violentas, lo que ha sido advertido por historiadores de la talla de Eric Hobsbawm: en el siglo XX practicamente ningún movimiento revolucionario de izquierdas ha sido capaz de deponer violentamente un sistema de democracia liberal. Sin embargo los golpes de estado de derechas sí han demostrado más éxito al respecto. De lo que se trata es de crear un ecosistema social en el que personas como Trump no sean recompensadas con poder, lo cual se logra con un sistema de contrapesos políticos firme, una separación de poderes efectiva, libertad real del ciudadano en lo personal, y garantía absoluta de determinados derechos mínimos (vivienda, alimentación, sanidad, seguridad). Así todos quedamos protegidos, incluso el propio Trump, pues está demostrado que gente como él, preocupada por una constante competitividad, por la aceptación pública y por los ataques que recibe frecuentemente el que ataca, no es feliz. De nuevo aludiendo a Hitler y Franco, se sabe que tuvieron una vida poco alegre, con una eterna frustración hasta el momento de su muerte. Tenemos que aprender a valorar un egoísmo saludable, a diferencia de lo defendido por McCarthy, Cohn, Reagan y Trump, sabiendo que la felicidad de los demás contribuye a la propia, de modo que un mundo más seguro lo es también más feliz, incluso para los que se creen la propaganda del capitalismo exacerbado. Debemos sustituir a Maquiavelo por Spinoza y al mundo sin reglas (para los de arriba) de Trump por un mundo de protección legislativa, nacional e internacional. Entre otras buenas obras biográficas, The Apprentice nos ayuda a comprenderlo.

  

La imagen de éxito de Trump poco se corresponde con la realidad, y se ha construido mediante una mitología pública que apela a la emoción acrítica del espectador, por ejemplo vía grandes eventos de masas (boxeo, lucha libre) o espectáculos televisivos. En verdad Trump se ha tenido que acoger en numerosas ocasiones, por sus malas decisiones financieras, al Capítulo 11 de la legislación estadounidense, el equivalente a la española suspensión de pagos, y ha sido acusado frecuentemente de deber dinero a trabajadores y socios. Arriba: Imagen del capítulo 1 de The Apprentice (programa televisivo).


 

 
Arriba: Biografías de personajes como Trump demuestran que en realidad no son felices y habitualmente incapaces de establecer una afectividad personal sana, debido a una educación que solo prima la competitividad máxima y un éxito medido según parámetros superficiales. En The Apprentice se aborda la tóxica relación familiar de Trump, incluyendo el alcoholismo y problemas de adicción de su hermano Fred, criticado por su padre "solamente" por ser piloto de aviación (imagen del verdadero Fred Trump Jr. en dominio público). 

Abajo: las relaciones sexuales y románticas son así mismo con frecuencia tóxicas en este tipo de perfiles. En The Apprentice se aborda el ámbito a través de la primera mujer de Trump, Ivana Zelnicková (1949-2022, interpretada por Maria Bakalova) quien en el proceso de divorcio manifestó "haberse sentido violada" por su marido, aunque posteriormente señaló que "no en un sentido penal". No ha sido la única acusación al respecto que ha recibido el magnate. siendo condenado como "responsable de agresión sexual" a la periodista E. Jean Carroll (imagen siguiente, con licencia Creative Commons por juliannemo vía Wikicommons). Famoso ha sido así mismo el caso, de nuevo con resultado de condena para Trump (mayo de 2024), relacionado con el dinero reservado a su campaña electoral de 2016, pero utilizado para pagar a la actriz pornográfica Stormy Daniels por su silencio respecto a relaciones sexuales extramaritales. La sentencia ha sido dejada sin efecto penal o civil por el juez Juan Merchan en 2025 debido al ascenso de Trump a su segundo mandato presidencial, pero no ha sido anulada en lo referido a la demostración de los hechos. Trump, por supuesto, sigue negando su culpabilidad. 








 
 
 
¿QUIERE SABER MÁS?

Bibliografía recomendada:
 
Canfora, L. Julio César. Un dictador democrático (2014). 
 
Ginzburg, C. El queso y los gusanos. (1976).
 
Hobsbawm, E. Historia del siglo XX.  
 
Kershaw, I. Hitler (1889-1945). 2 Vol. (2000).
 
Maquiavelo, N. El príncipe. (1515, con múltiples ediciones críticas). 
 
Preston, P. Franco. Caudillo de España. (2011).
 
Spinoza, B. Ética demostrada según el orden geométrico (1675, con múltiples ediciones críticas). 
 
Filmografía recomendada:
 
Bach, E. El pionero. (2019). 
 
Meeropol, I. Bully, Coward, Victim. The Story of Roy Cohn. (2019).
 
"The Apprentice" (programa de televisión). Primera temporada (2004) disponible en archive.org Enlace aquí:
 
 
Pódcast recomendados:
 
Mundo Gilipoy. La culpa es de Maquiavelo, yo sólo pasaba por ahí. Publicado el 3/06/2025. Enlace aquí:
 
 
Podcaliptus Bonbon. El género biográfico (historia, relevancia, recomendaciones). Publicado el 6/10/2025. Enlace aquí:
 
 
Podcaliptus Bonbon. No es ningún carroza, el tío Spinoza.  Publicado el 11/10/2025. Enlace aquí:
 
 
 

 
Este artículo tiene licencia Creative Commons (atribución-compartir igual). 

BIOGRAFÍAS PARA ENTENDER LA SOCIEDAD: TRUMP Y "THE APPRENTICE" (ABBASI, 2024) © 2025 by Víctor Deckard is licensed under CC BY-ND 4.0

jueves, 9 de octubre de 2025

FIGURAS CLAVE DE LA CIENCIA FICCIÓN: FREDERIK POHL (1919-2013)

He dedicado mi vida a la Ciencia ficción. Es justo preguntar el motivo. Quiero decir, soy suficientemente inteligente. Podría haber desarrollado otras carreras, y algunas de ellas, al menos en su momento, parecían más atractivas en término de dólares y reconocimiento. Cuando desciendes a ello, ¿es contar mentiras sobre cosas que nunca han sucedido un modo responsable para un adulto de ocupar sus días? (…) La pregunta es bastante racional, pero tiene sólo una respuesta irracional: amor. Lo hago porque estoy enamorado. Hace mucho tiempo, quizás cuando tenía doce años, quizás más joven, me enamoré de la ciencia ficción (…) Tan sólo amé y soñé”  F. Pohl, The Way The Future Was. (1978), p.311


Arriba: Frederik Pohl escribió sus memorias con 59 años. Le quedaban otros 34 de vida y algunas de sus mejores obras por escribir. Abajo: La "Isaac Asimov Magazine" en su edición española, especialmente la etapa editada por Forum (1985-1986) contirbuyó a acercar el género a nuestro país. Contamos su historia en otro artículo (v. Bibliografía).



Frederik Pohl nos dejó hace unos años. Y entiendo perfectamente lo que decía en su autobiografía, porque yo también estoy enamorado de la Ciencia ficción, y fue precisamente él quien me concertó una cita con ella. Cuando era niño, tal vez de la edad que nuestro amigo cita, mi padre me regalo una Asimov Magazine que todavía, sin tapa y amarilleada, guardo como uno de esos pequeños regalos que ofrece la vida. Mis ojos de niño recorrieron ávidos las páginas, impactados por los mundos y las aventuras que allí se sucedían. Y, entre todos los relatos, enseguida elegí como favorito uno titulado La Paradoja de Fermi. ¿Su autor?, claro que ya sabéis la respuesta: Frederik Pohl. Esa historia ganó un prestigioso premio Hugo, pero ni conocía este dato ni me hubiera importado de tener constancia de él. Lo que realmente fue trascendental para mí, es que ahí se contaban cosas impactantes y había acción. ¿Qué más podía pedir?

Esta anécdota sirve como introducción al análisis de la obra de Pohl. A día de hoy, más de veinte años después, sus historias aún me parecen impactantes, y eso es porque abordan los temas que describen la sociedad en la que vivimos, su funcionamiento, sus peligros, sus aspiraciones, sus problemas, sus posibles soluciones. No es casual que a nuestro amigo le interesara la política, mucho. Ya en su adolescencia fue miembro del Partido Comunista de los Estados Unidos. Hay mucha gente que cuando piensa en comunismo, lo identifica de forma inevitable y equívoca con gulags y tanques soviéticos en Praga. Pero como el propio autor nos cuenta, sus compañeros en Estados Unidos estaban más alerta sobre las necesidades reales de la gente, como el trabajo, los derechos civiles, la paz o la democracia, que otros muchos grupos de la época. Ni siquiera pedían algo parecido a la dictadura del proletariado, sino que en la reivindicación más inmediata abogaban por promover una acción tan inocente como la reelección de Franklin D. Roosevelt (Ibid, p.61).  Otro gran autor de ciencia ficción, Kim Stanley Robinson, nos demuestra en Marte Rojo, que hay muchos comunismos, y algunos de ellos, compaginados con otras ideologías (incluida la del humanismo liberal) nos pueden interesar para construir algo bueno en el futuro. Al fin y al cabo, a Pohl y a otros como él, les movía un fin tan loable como la lucha contra el totalitarismo, e incluso llegó a alistarse en la Brigada Lincoln para luchar en España al lado del legítimo gobierno de la República. Fue rechazado por su juventud, pero poco le faltó para estar, tal vez, en Teruel combatiendo al lado de Miguel Hernández. Por desgracia, el aparato director del comunismo internacional fue siendo fagocitado por la dirección soviética. La crítica interna se hizo cada vez más difícil y las opiniones personales eran anuladas en favor, en muchas ocasiones, de los intereses puramente nacionalistas rusos. Esto no resulto indiferente a un amante de la libertad como Pohl, y el pacto germano-soviético de 1938 fue el principio del fin de su militancia. Cuando una camarada del partido le propuso brindar dos años después por la toma de París por parte de las tropas nazis, abandonó la organización. Sin embargo, la política nunca le dejó, ni él a ella, y leer sus libros es entender la sociedad contemporánea. El caso más representativo es Mercaderes del espacio (1953) escrito en colaboración con C. M. Kornbluth. La sociedad vacía y deshumanizada que muchas veces nos rodea está descrita con brillantez en una obra en la que el consumo fatuo se eleva a la categoría de religión, y en la que metáfora que nos invita a reflexionar acerca de nuestro mundo a crédito el protagonista cae preso en un lugar en el que cuanto más trabaja más deuda contrae. En la misma línea política se puede incluir la tardía pero recomendable secuela La guerra de los mercaderes (1984) o el maravilloso relato El túnel debajo del mundo, incluido en la colección “Corrientes Alternas” (1956), que describe a través de los extraños eventos que se suceden en una pequeña localidad como los individuos somos alienados hasta reducirnos a la mera categoría de consumidores sin mente. De hecho esta obra puede considerarse un muy temprano referente de productos como El Show de Truman (Weir, 1998), y contó con una muy correcta traslación a la pantalla, producida por la BBC en el marco de la serie Out of the Unknown (1966), aparte de una película italiana de 1969, Il tunnel sotto il mondo (Cozzi).



Arriba: Luigi Cozzi realizó, muy joven, la película experimental "Il tunnel sotto il Mondo" basándose (libremente) en el relato de Pohl. Abajo: Sus derroteros por la Ciencia ficción le llevaron posteriormente a universos muy diferentes, como el representado por "Starcrash, choque de galaxias" (1978, firmando como Lewis Coates), una de las primeras copias de "Star Wars" (Lucas, 1977) con David Hasselhoff y Christopher Plummer pasándoselo pipa. Img vía cultandexploitation.blogspot.com





La comprensión de nuestra sociedad, qué nos hace débiles como grupo e individuos, qué nos hace fuertes, cuáles son nuestros anhelos, cómo conseguirlos. Esto hace grande a la Ciencia ficción, esto hace grande a Pohl. Pero, y aquí voy con la segunda característica de su obra, temas tan profundos los aborda con un ritmo trepidante, sazonado con algo de humor socarrón marca de la casa, un tanto irónico, un tanto ácido, del que mete el dedo en la llaga. En definitiva ya con 19 años editó dos revistas pulp: "Astonishing Stories" y "Super Science Stories" y él sabía que los lectores de estos productos lo que querían era aventuras (Pohl, 1978, p. 107). Así que, puestos a contar cosas importantes, ¿por qué no hacerlo de forma divertida?. En la carrera de Historia muchos de los textos que hay que leer son imprescindibles para entender la sociedad, pero pocos divertidos. De ahí el valor que tienen los escritores que, como Pohl, conjugan las dos cosas. Incluso en obras menores como Terror (1986) o La trilogía del reverendo Hake (2003 a partir de relatos de 1979), el ritmo es alegre y el trasfondo interesante, lo que recomienda la lectura.



Análisis político y ritmo, sería bastante para escribir buenas novelas, pero Pohl no se quedó aquí. Otro de sus rasgos fue una curiosidad científica que le permitió proyectarse con éxito hacia el futuro, aportando ideas de cómo nuestro mundo puede llegar a ser técnicamente y como eso puede mejorarlo... o empeorarlo: “El aprendizaje, todo tipo de aprendizaje (…) pero sobre todo ciencia, es para mí el mejor deporte espectáculo (…) creo que de algún modo tengo una religión básica, cuyo propósito es comprender el mundo y todo lo que contiene. No necesito hacer los descubrimientos, pero necesito saber acerca de ellos” (Pohl,1978, pp. 221-222).

Así, recorrer las páginas de novelas tan aclamadas como Homo Plus (1976) o Pórtico (1977) y sus secuelas, es deleitarse con los rasgos políticos y de estilo señalados anteriormente, pero también con los elementos técnicos que las completan: un mundo posible de exploración espacial, de bioingeniería, de inteligencia artificial, entre otros campos desplegados ante nosotros de forma rigurosa para explorarlos junto al autor, en una especulación posible, en ocasiones deseable, en ocasiones temible, pero sujeta al debate filosófico al que su obra también invita.



La Ciencia ficción es un género propenso a las sagas, como le ha sucedido a "Pórtico" y la serie de los Heechee, en las que es habitual que la fuerza narrativa se vaya diluyendo. También ocurre aquí, aunque es de agradecer que Pohl introduce ideas potentes en todos los tomos. No es muy conocida en España, donde no se tradujo, la última obra de esta historia, "The Boy Who Would Live Forever" (2004). La historia se ha trasladado a dos videojuegos: "Frederik's Pohl Gateway" (1992) y "Gateway 2: Homeworld" (1993) bastante buenos en su género (gráfico conversacional mediante menús) y así mismo inéditos en nuestro país. Siempre he querido ir a un bar que se llame "Infierno azul".




Por tanto, con la suma de características señaladas, la inmersión en la obra de Pohl resulta recomendable para todo amante del género, en definitiva para todo aquel que guste de entenderse mejor a sí mismo y a lo que le rodea. Sin embargo, su labor en este campo no se redujo a la escritura, y a través de otros ámbitos contribuyó enormemente al crecimiento de la Ciencia ficción como género. Me refiero a su labor como editor y, en menor medida, como agente literario. Señalaba anteriormente como, con 19 años, poco antes de la Segunda Guerra Mundial, llegó a esta esfera a través de dos revistas pulp, además de representar los intereses comerciales de algunos de sus compañeros futurianos, grupo de amantes del género que Pohl contribuyó a fundar en su mayoría también incipientes escritores como Asimov o el ya señalado Kornbluth, facetas que le ayudaron a establecer sus primeras relaciones y actividades en el mundo editorial. Tras el parón por el conflicto bélico, en el que participó directamente, volvió a introducirse activamente en su labor previa de representante y logró la publicación de obras tan importantes como El día de los Trífidos de John Wyndham (1951) o la primera novela de Isaac Asimov, Un guijarro en el cielo (1950), por lo que este llegó a decir: “en resumen, Fred, más que cualquier otra persona, dejando aparte a John W. Campbell (…) hizo posible que me convirtiera en escritor” (Asimov, I. Asimov, memorias. 1994, p.61). En 1953 dejó su tarea como agente para centrarse en escribir, tras haber ayudado a más figuras que llegarían a ser importantes como Robert Sheckley, pero su labor editorial estaba lejos de estar concluida. En 1960 y hasta 1969 fue el editor de las importantes revistas "Galaxy" e "If" (esta última con la que ganó tres premios Hugo como mejor editor) aparte de otras como "Worlds of Tomorrow". Describió su labor en los siguientes términos: “la paga era miserable, el trabajo interminable. Fue el mejor empleo que he tenido en mi vida” (Pohl 1978 p. 237). En definitiva, al margen de las peculiaridades que iban con el cargo, como tener que relacionarse y competir con el ya mencionado John Campbell quien entre otras rarezas gustaba de tener un bote de ketchup privado o recibir a todo tipo de gente insólita que decidía visitarlo sólo por editar Ciencia ficción, como una mujer que irrumpió en su despacho afirmando ser espiada a través de implantes cerebrales, sabía que su papel a la hora de dar el empujón a escritores valiosos fue realmente importante. En definitiva, publicó trabajos de gente  crucial del tipo de y aparte de los ya mencionados Robert Heinlein, Poul Anderson, Jack Vance, Robert Silverberg, Larry Niven, Harlan Ellison, o Philip K. Dick entre otros.



Por norma general, los buenos autores no son más que buenos autores y benditos sean, ya es más que lo que somos el común de los mortales y los buenos editores no son más que buenos editores y benditos sean, gracias a su trabajo podemos disfrutar de los buenos autores. Frederik Pohl compaginó ambas tareas y con brillantez. Como escritor de Ciencia ficción creó obras que, por sus características, engrandecieron el género. Por otro lado, en su labor editorial publicó libros de personas que, a su vez, hicieron crecer este campo. Por ello merece ser doblemente enaltecido y recordado. No creo en el paraíso, pero a veces pienso en cómo sería este, caso de existir. Imagino un lugar, como una gran mansión con su bar y con su sala de cine en el que poder reunirte con gente que ha sido importante en tu vida. Si ese lugar tiene cabida en alguna dimensión, seguro que Pohl está tomándose ahora unas copas con mucha gente que ha contribuido a una mejor sociedad. En definitiva si ese lugar es real, confío en que tras cruzar el incierto horizonte pueda pasarme por allí para que el amigo Fred me cuente algunas anécdotas con su particular estilo socarrón. Por mi parte, yo le diría, para comenzar, unas pocas palabras: “gracias por todo, señor Pohl”.







 BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA (Y RECOMENDADA)


ASIMOV, I. Asimov, memorias. Barcelona: Ediciones B, 1994.


DECKARD, V. Publicaciones "de antaño": La Isaac Asimov Magazine España (Etapa Forum, 1985-1986) en Blogcaliptus (30 de junio de 2025). Disponible en el siguiente enlace:

https://blogcaliptusbonbon.blogspot.com/2025/06/publicaciones-de-antano-la-isaac-asimov.html


—DECKARD, V. La revista "Nueva Dimensión" (1968-1983): Un hito de la Ciencia ficción en España. En Blogcaliptus (2 de mayo de 2025). Disponible en el siguiente enlace:

https://blogcaliptusbonbon.blogspot.com/2025/05/la-revista-nueva-dimension-1968-1983-un.html 


KORNBLUTH, C y POHL, F. Mercaderes del Espacio. Barcelona: Minotauro, 1994.


POHL, F. Alternating Currents. London: Penguin, 1966.


POHL, F. Homo Plus. Barcelona: Ediciones B, 2000.



POHL, F. La Paradoja de Fermi en "Asimov Magazine". Barcelona: Planeta-De Agostini, 1987, PP. 157-174.



POHL, F. Terror. Barcelona: Ultramar, 1988.



POHL, F. The Merchants’ War. London: Futura Publications, 1986.



POHL, F. The Way The Future Was. A Memoir. New York: A Del Rey Book, 1978.



POHL, F. Trilogía del Reverendo Hake. Madrid: Pulp Ediciones, 2003.



POHL, F. Pórtico. Barcelona: Bruguera, 1985.


 

FILMOGRAFÍA CONSULTADA (Y RECOMENDADA)


Starcrash Dir. Luigi Cozzi como Lewis Coates, 1978. Disponible en castellano en el siguiente enlace:



Tunnel Under the World en "Out of the Unknown" (2ª temporada, episodio 8). Dir. Alan Cooke. BBC, Reino Unido, 1966. Disponible en el siguiente enlace (en inglés):



Il tunnel sotto il mondo. Dir. Luigi Cozzi. 1969. Disponible en el siguiente enlace (en italiano):


https://www.youtube.com/watch?v=kswojvrFmNI



PÓDCAST RECOMENDADOS


—Sobre Mercaderes del espacio:





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Figuras clave de la Ciencia ficción: Frederik Pohl (1919-2013) © 2025 by Víctor Deckard is licensed under CC BY-ND 4.0